Perdida

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Acabo de ver la primera temporada de Mindhunter y he caído en la cuenta de que David Fincher ha empleado la mitad de su filmografía en retratar a psicópatas cometiendo sus tropelías, o disimulando que las cometían. O, como en este caso, confesándoselas a los investigadores del FBI. 

En Seven, John Doe perpetraba un asesinato por cada pecado capital que los primeros cristianos consignaron como tales, y menos mal que dejaron la lista en sólo siete, con la cantidad de vicios que corren por el mundo. Zodiac, en la película del mismo nombre, permaneció para siempre en el limbo de los anónimos, quizá porque era muy listo, o muy afortunado, o un imbécil integral tan errático como una mosca cojonera. En la primera temporada de House of Cards, Frank Underwood se miró ante el espejo con aires de megalomanía y se conjuró para ser presidente de los Estados Unidos costara lo que costara, cayese quien cayese. Y en Millenium, para completar esta plantilla de psicópatas ilustres, Martin Vanger, el extranjero en este equipo de galácticos, confiesa ante el periodista Blomkvist sus glorias asesinas por los campos nevados de Suecia.

Y no para ahí la cosa: tres años antes de recaer en Mindhunter para dirigir tres episodios y ejercer de productor ejecutivo, David Fincher, quizá para completar su tesis doctoral, retrató la personalidad de una mujer llamada Amy Dunne que aporta nuevos matices y nuevas enjundias a esta orla de licenciados en psicopatía. Casada con un panoli de la América Profunda que tiene ínfulas de escritor, la señorita Amy, que iba para gran dama en Nueva York y se quedó en clase media de Missouri, vive la vida mediocre de un matrimonio que se desgasta entre la ruina de los sueños y la rutina de lo cotidiano. Y los escarceos infieles del señor Dunne, claro, que ahora prefiere a una señorita más joven y de pechos más impetuosos. Hasta el momento de descubrir el affaire, Amy Dunne sólo era una niña malcriada de Nueva York, una pija canónica de mucho cuidado, pero a partir de entonces, un cable en su cerebro hará conexión con la zona muy oscura de los instintos criminales.





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