Buenas noches, y buena suerte

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"Somos ricos, gordos, comodones y complacientes. Tenemos alergia a la informaci贸n desagradable o inquietante. Nuestros medios reflejan esto. Si no nos levantamos de nuestros gordos traseros y reconocemos que la televisi贸n se utiliza para despistar, enga帽ar, divertir y aislarnos, entonces la televisi贸n y los que la financian, los que la miran y los que trabajan en ella, puede que no se den cuenta hasta que sea demasiado tarde".

    Esto lo dijo Ed Murrow en 1958, ante sus compa帽eros de profesi贸n, en un arranque de sinceridad que convirti贸 su fiesta y su homenaje en un desfile de rostros cariacontecidos. Cuarenta y nueve a帽os despu茅s, para sofoco del alma en pena de Ed Murrow, nadie ha levantado todav铆a su gordo trasero de donde lo dej贸. Ni el espectador que lo aprieta contra el sof谩, ni el programador que lo menea en su silla de oficina. La televisi贸n sigue siendo el instrumento in煤til que Murrow ya barruntaba, incapaz de formar a la gente, de presentarle las noticias con objetividad, de ayudarle a tomar postura con las versiones contrastadas. No en vano, The Newsroom, que era el informativo quim茅rico que Aaron Sorkin ide贸 para los tiempos modernos, empezaba con Ed Murrow dignificando sus t铆tulos de cr茅dito, y avalando sus intenciones pedag贸gicas. 

    Por mucho que nos digan y nos mientan en nuestras televisiones posmodernas de los plasmas y los 4K, no existe la pluralidad real, el debate sano, la confrontaci贸n de ideas. Los informativos de los canales privados le bailan el agua a sus inversores, y a sus patrocinadores, como es l贸gico y normal, porque hay que dar de comer a los reto帽os y entre la dignidad y el frigor铆fico esto 煤ltimo es sin duda lo m谩s importante. Y luego est谩 nuestra televisi贸n p煤blica, ja, que s贸lo con el apellido ya te da la risa, porque no es tal, sino el chiringuito de cuatro inquisidores trajeados que han estudiado en prestigiosas universidades. Tipejos que cuando imponen su criterio y su opini贸n han de sujetarse el brazo fascistilla como hac铆a el Dr. Strangelove en lTel茅fono Rojo, volamos hacia Mosc煤. A los efectos que nos ocupan, la televisi贸n p煤blica (ja) s贸lo es un desfile orquestado de ministras, portavoces y miembros guap铆simos de la realeza que repiten como loros el mismo mensaje machac贸n: todo va de puta madre y la pobreza y la necesidad s贸lo son espantajos que agitan cuatro rojos muy vengativos. Incluso en esto no hemos cambiado nada desde los tiempos de Ed Murrow. 





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