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The Yes Men fix the world

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Seis años después de su debut en las pantallas, Andy Bichlbaum y Mike Bonanno, los Yes Men, vuelven a la carga contra las corporaciones que saquean el planeta. Contra los bancos que financian el tinglado. Contra las instituciones democráticas que esconden la suciedad bajo las alfombras parlamentarias. Mientras los demás arreglábamos el mundo en las tertulias del bar o en el sofá de nuestras casas, insultando a los próceres pero sentados muy cómodamente, ellos, los Yes Men, cuando el mundo financiero se derrumbaba, salieron a las calles para realizar sus "performances" en el corazón mismo del enemigo. The Yes Men fix the world. O, al menos, de no poder arreglarlo, dada la magnitud inalcanzable de la tarea, poner el dedo en las llagas, con mucha risa, y mucha mala hostia, y mucha reflexión inquietante también.

    Es impagable, ver a Andy Bichlbaum travestido de ejecutivo anunciando en un informativo de la BBC que Union Carbide va a pagar millones de dólares a los afectados de Bhopal. Verle, más tarde, infiltrado en las filas de Exxon, anunciando el nuevo petróleo del siglo XXI, que será un compuesto refinado a partir de los restos crematorios de cadáveres humanos. Es una descojonación ver a Mike Bonanno, quintacolumnista en Halliburton, presentando el kit de salvamento Sobrevivola, una burbuja de supervivencia para que los ricos salgan indemnes de cualquier catástrofe natural. 

    No sé si The Yes Men fix the world es un buen o un mal documental. Y me da lo mismo, además. Este blog jamás entró, ni entrará, en cuestiones técnicas. Sólo diré que los Yes Men son dos genios, dos héroes, dos santos de incorporación inmediata a los laicos altares. No es que sigan la estela protestona de Michael Moore, mi entrañable gordito: es que le adelantan a toda hostia por la izquierda, añadiendo a la denuncia la parodia de los tiburones capitalistas. Aterroriza -no se me ocurre otra expresión- ver cómo los Yes Men sueltan auténticas salvajadas en estos foros de postín, y cómo los asistentes se descojonan de la risa, y toman notas, y hacen preguntas sobre riesgos y rendimientos sin tomar en consideración la idea disparatada, y deshumanizada, que se les propone.
     




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The Yes Men

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Los Yes Men son Andy Bichlbaum y Mike Bonanno. Ellos son dos gamberros maravillosos que en su tiempo libre, cuando no trabajan en sus cosas, y no están cumpliendo con sus obligaciones familiares, se dedican a protestar contra las multinacionales que empobrecen el Tercer Mundo, y contra los organismos oficiales que consienten la rapiña.

    Los Yes Men, estadounidenses ambos, de profesión diseñadores gráficos, llevan desde 1999 dando por el culo a los poderosos. No han impedido sus latrocinios, pero sí les han provocado algún que otro forúnculo. Su primera fechoría fue crear una web falsa que reproducía, casi exactamente, aquella en la que George W. Bush se daba a conocer al pueblo americano. Ellos introdujeron "sutiles" diferencias políticas y "novedosas" revelaciones biográficas, que crearon gran controversia en su momento. El mismo Bush, en una entrevista para la televisión, les llamó "basureros de la información", y aprovechó la circunstancia para lanzar una proclama, muy democrática, a favor de  limitar la libertad de prensa. Las cosas de Georgie, como luego supimos...

    Los Yes Men, gracias a la cuchipanda, encontraron la inspiración que habría de guiar su camino. Acto seguido calcaron la web de la Organización Mundial del Comercio, creándose perfiles de expertos economistas. Algunos visitantes se daban cuenta del engaño, pero otros, que no se fijaban demasiado en los contenidos, empezaron a invitarles para dar charlas en nombre de la OMC. Ahí nació el personaje de Hank Hardy Unruh, un ejecutivo que se cuela en las conferencias de los poderosos, de los ávidos de ganancias, para soltar auténticas barbaridades que lejos de estremecer a los presentes, y de mover al abucheo o a la denuncia, arrancan encendidos aplausos, y grotescas risotadas de satisfacción, retratando a cada cual. 

     Verbigracia: Hank aprovechará unas jornadas comerciales en Salzburgo para proponer un sistema de compra de votos que garantice una democracia mejor dirigida. En Finlandia, en un congreso de empresas textiles, argumentará, con datos y estadísticas, un regreso al sistema de trabajo esclavista, y presentará, como novedad mundial, un sistema de control remoto de los trabajadores, con chips bajo la piel que avisan de sus progresos y de sus descansos no permitidos. En Nueva York, en el marco de unas charlas sobre alimentación, lanzará el revolucionario proyecto "Reburger", un compromiso de McDonald's para vender hamburguesas baratas a los países pobres, con carne directamente reconstruida a partir de heces y materias fecales... 

    Si además de conciencia social tienes sentido del humor, del negro, o del marrón, los Yes Men son tus hombres para pasar un buen rato: indignándote, y partiéndote el culo, al mismo tiempo.





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