Dentro del átomo, los
electrones giran alrededor del núcleo en una órbita estable que podríamos
llamar estado de felicidad. Allí podrían pasar eones y eones si
no fuera porque a veces son golpeados por una partícula energética que se cruza
en el tiovivo: un ángel flamígero que viajando a la velocidad de
la luz los expulsa de ese paraíso previsible y circular.
Las electrones desafortunados
pasan a vagabundear territorios inhóspitos que no les corresponden, errando en espirales
que les ponen nerviosos y cariacontecidos a la espera de que otro choque -esta
vez afortunado- les devuelva a la zona de confort. Hay mucho de ciencia en todo
esto, pero también mucho de azar, que es ese espacio indeterminado que la
ciencia todavía no puede explicar. Son las casualidades inauditas, y las regiones
de incertidumbre, que también se producen en el mundo macroscópico de los seres
humanos.
Todos los personajes de “Magnolia” -por
ejemplo- también viven fuera de su órbita placentera. En algún momento de su
pasado se sintieron congraciados con la vida dando vueltas alrededor de una
persona amada, o de un trabajo edificante. Pero ellos, como los electrones
malhadados, también sufrieron el choque con alguien que los descentró, que los
expulsó de su pequeño paraíso. Una pura mala suerte, o un destino trágico que buscaban con ahínco. Ahora caminan por la vida con el ánimo por los
suelos, y con la desazón instalada en el espíritu. Mientras esperan que el
efecto mariposa les cruce con esa persona que les devuelva la alegría, los
personajes de “Magnolia” pasan el tiempo presentándose a concursos, drogándose
hasta las cejas, dando conferencias sobre la supremacía de las pollas... Son
distintas formas de matar ese tiempo de las dudas. Unos dudan al cuadrado y
otros se inventan certezas para no sufrir más.
Cuando esa persona
especial golpee sus vidas, ellos por fin despertarán de su letargo, de su
atonía, de su falsa vida de muertos vivientes, y en la alegría del retorno
emitirán una sonrisa, o un llanto muy liberador. Es la física de la felicidad.