Western

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El laboratorio donde Walter White cocinaba su metanfetamina lo construyeron unos obreros alemanes altamente cualificados que en su tiempo contrató Gustavo Frings en el mayor de los secretos. Al no ser, precisamente, una obra pública, los alemanes que dirigía el ingeniero Werner vivían confinados en una nave industrial donde tenían de todo para entretenerse: grifos de cerveza, cancha de baloncesto y de fútbol sala, futbolines y pimpones, salchichas de Baviera y juegos para la Playstation. De todo, sí, menos mujeres, porque las respectivas se habían quedado en Alemania para salvaguardar el secreto, y, en los apretones de los instintos, no era cuestión de trasladarse en camiones a un prostíbulo de Albuquerque, ni de traer a las mahomas a la montaña, que daría mucho que hablar en el vecindario. Un tema irresoluble que tal vez Gustavo Frings confió a la masturbación cotidiana, o a la homosexualidad de consuelo, como aquellas que brotaban entre los tripulantes de las largas travesías oceánicas. Pero la obra se alargó más de lo previsto, los apretones no encontraron una válvula de escape, y al final, como era previsible, hubo que lamentar una tragedia...


    Pocos meses después, en mi televisor, me encuentro con otra cuadrilla de obreros alemanes que han salido de su patria para trabajar. El lebensraum de los obreros, debe de ser... Western transcurre es en Bulgaria, al aire libre, en la represa de un río que al parecer requiere grandes movimientos de grava. Es una película aburridísima, de ésas que sólo valoran los críticos profesionales, y las almas más cultivadas de internet. Estos alemanes de Western no se parecen en nada a los que contrató Gustavo Frings con tanto cuidado: estos trabajan con la pachorra de unos currantes latinos, beben cervezas y tintorros a deshora, y sus instintos sexuales no van a tardar mucho tiempo en desbordarse. Así que a las primeras de cambio, en el primer contacto con la civilización nativa, tientan de mala manera a unas mujeres que iban al río a bañarse, y se desatan las hostilidades entre los indios búlgaros y los colonos germanos.

    He leído en alguna entrevista que ni siquiera su directora sabe explicarla muy bien. Íbamos improvisando y tal, a ver qué salía (sic)... Así que qué les voy a explicar yo, sobre esta película.