Celtics/Lakers: los mejores enemigos (I)

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Juro y perjuro -en contra de las evidencias, de los hechos científicos del calendario- que yo vi aquellos partidos en la tele: las tres finales que enfrentaron a los Boston Celtics contra Los Ángeles Lakers en los años 80. Larry Bird contra Magic Johnson. El skyhook de Abdul-Jabbar y la torpeza aparente de Kevin McHale. El contraataque vertiginoso de James Worthy y las hostias como panes que arreaba Danny Ainge en la defensa. Pat Riley dando paseos con su pelo engominado y el otro entrenador, el de los Celtics, de cuyo nombre no me acuerdo, que lo miraba de reojo como diciendo vaya gilipollas que es este tipo... Red Auerbach fumándose un puro en el Boston Garden y Jack Nicholson levantándose de su asiento en el Forum para animar a los suyos con las gafas de sol y la sonrisilla de pirado. 

Juro y perjuro -en contra de los datos fríos como el hielo- que yo vi todo aquello con los ojos como platos, acostumbrado al baloncesto europeo que era mucho más lento y menos atlético, falto de emoción si no jugaba el Real Madrid de mis entretelas: Corbalán e Iturriaga, Rafa Rullán y Fernando Romay, el Torneo de Navidad y las finales de la Copa de Europa que nos ganó aquel hijoputa croata que luego se puso nuestra camiseta y después ascendió a los cielos en varias etapas programadas y fatídicas, como en los vuelos espaciales arruinados.

Juro y perjuro que -y me da igual lo que me digan los sabihondos- que yo vi aquel duelo de tres actos shakesperianos en Televisión Española, por cojones, porque entonces no había otra, la 1 y la 2, en la vieja Phillips en blanco y negro de mi casa, que yo sabía que los Celtics iban de verde y los Lakers de amarillo porque luego veía las fotos en la revista Gigantes que compraba un primo mío que coleccionaba los pósters centrales que inmortalizaban los escorzos y los mates.

En aquellas fotografías, pocos años después, Michael Jordan despegaría del suelo como Supermán, a alturas imposibles, ingrávido como un héroe de la factoría Marvel con el número 23 estampado en la espalda. 

(Continúa mañana...)