Mindhunter. Temporada 1.

馃専馃専馃専馃専

Como la serie est谩 basada en un libro que no parece demasiado gordo ni tiene segunda parte conocida, empec茅 a ver Mindhunter creyendo que s贸lo constaba de una temporada. Una cosa de agradecer en estos tiempos de ficciones que se estiran  sin que uno encuentre el tiempo ni las ganas de terminarlas. Pero me equivoqu茅... Lo que cuentan en Mindhunter es demasiado complejo, demasiado perturbador, y sus creadores, con diez horas de metraje, casi no tienen tiempo ni para exponer las primeras liturgias. asesinas. As铆 que habr谩 una segunda temporada, y posiblemente una tercera, porque el bicho del horror -como el xenoformo de Ridley Scott- crece en cada episodio como una criatura de pesadilla.

    Pero uno, en lugar de bufar de fastidio, y de maldecir la hora en que tom贸 este barco que abandona aguas territoriales, aplaude con regocijo de espectador satisfecho, de teleadicto cautivado, y no le importa a帽adir Mindhunter a la lista de series que habr谩 que guardar en la carpeta otras veces cansina de Continuar谩...

     Holden Ford, el agente del FBI que decidi贸 abrir los melones de los asesinos en serie a ver qu茅 hab铆a all铆 dentro, tal vez pensaba que su trabajo iba a consistir en sentarse frente a unos cuantos convictos, cotejar datos sobre su infancia traum谩tica o su adolescencia perturbada, y crear una ciencia predictiva sobre c贸mo se forman -o se deforman m谩s bien- estas mentes criminales. Pero en Mindhunter cada psychokiller es hijo de su madre y de su padre, y mata por motivaciones muy diferentes, y con artesan铆as muy variopintas. Hay tantos perfiles criminales como criminales esperando su entrevista. No parece haber un patr贸n, un hilo conductor, una ecuaci贸n v谩lida que despeje la inc贸gnita del horror. A esta nueva ciencia de los asesinos le van a hacer falta muchas entrevistas por hacer, muchas discusiones por abordar. Mucha reflexi贸n profunda sobre si el psic贸pata homicida nace o se hace. Si se cuece a fuego lento o si se abrasa en un golpe de fog贸n. Si la culpa es del metabolismo de los genes o del mundo que me hizo as铆... 

Para dilucidar todo esto van a hacer falta un mont贸n de episodios que ya tengo presentes en mis oraciones, para que los demiurgos de esta ficci贸n no tarden mucho en perge帽arlos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario