La conspiración

🌟🌟🌟

La conspiración es una película que los más veteranos del vicio ya hemos visto infinidad de veces. Ya hemos perdio la cuenta de los abogados que se enfrentan a la maquinaria corrupta del sistema judicial, cuando todavía son jóvenes e idealistas. ¿En qué se diferencia La conspiración de Caballero sin espada, o de Legítima defensa, o de Algunos hombres buenos, de La tapadera (¡otra vez Tom!) ¿O de, también, ese resumen demoníaco y paródico del subgénero que es Pactar con el diablo? En poco, la verdad. Sólo cambian los actores y los ropajes, y el delito en cuestión, claro, que es el macguffin irrelevante que permite a los guionistas desplegar la retórica didáctica del héroe solitario. Tan norteamericana ella.

En esta película dirigida por Robert Redford, el macguffin es el juicio contra quienes conspiraron en el asesinato de Abraham Lincoln. Más allá de la clase de historia, lo que realmente le interesa a Redford es soltarnos la pedagogía, la visión patriótica que él tiene de su propio país. No muy distinta a otros sermones mil veces escuchados, que hablan de Estados Unidos como una nación de Constitución modélica y democracia ejemplar, líder del mundo y ejemplo de las naciones. Aunque luego vengan las personas malas y los intereses oscuros -los comunistas- a sembrar el camino de piedras. Al final, la ideología de La conspiración, y sus muchas peliculas gemelas, americanas o no, se queda en discurso vacío y redundante. ¿O no es acaso España, entre los españoles de bien, la mejor nación del mundo? ¿O no lo es Croacia, también, entre los croatas bien nacidos?






No hay comentarios:

Publicar un comentario